Somos seres de bondad inherente que hemos perdido la memoria de nuestra verdadera naturaleza y nuestra conexión con la plenitud. Esta amnesia se alimenta de un problema profundo: un virus llamado egoísmo.
Este libro plantea un desafío directo a la idea de que nos mueve únicamente el interés propio inherente.

• La trampa social: Nuestra cultura a menudo nos adoctrina para ser egoístas, presentando sutilmente la vida como una competencia implacable. Este "virus de la separación" está profundamente arraigado en nuestros sistemas educativos, lugares de trabajo y medios de comunicación.

• La verdad histórica: A pesar de este condicionamiento, la historia demuestra que la humanidad ha sobrevivido y prosperado no gracias al egoísmo, sino a la colaboración y la empatía. Al comparar el pasado con el presente, observamos un progreso innegable y una fuerza positiva en el mundo.

• La mentira apocalíptica: Inconscientemente, nuestro consumo de medios de comunicación socava la esperanza en un futuro mejor. ¿Cuántas películas has visto que muestren un futuro humano brillante? Probablemente ninguna; la mayoría solo presenta un futuro oscuro y apocalíptico, proyectando nuestros propios impulsos destructivos sobre el futuro e incluso sobre otras civilizaciones. Esta constante asociación con un futuro sombrío nos arrebata la capacidad de usar la imaginación como fuerza motriz para visualizar una sociedad utópica, que es la clave para crear una realidad mejor.